La crisis de reservas en Argentina ha alcanzado un nuevo nivel de repercusión, afectando la llegada de frutas desde Bolivia y Paraguay. Ambos países han decidido cancelar los envíos de plátanos y ananá debido a una deuda que asciende a más de 20 millones de dólares, impaga durante seis meses.
Desde el pasado lunes, productores y exportadores de bananos y ananá en Bolivia y Paraguay han llevado a cabo una medida de fuerza en respuesta a la falta de pago por parte de importadores argentinos. Exigen el pago inmediato de una deuda acumulada de 22 millones de dólares y han anunciado que no reanudarán los envíos de frutas al país hasta que la situación se regularice.
Hugo Franco, representante gremial, afirmó a medios del país vecino que “en lo que va del año, Paraguay ha enviado a Argentina 3.200 camiones, cada uno con 27 toneladas de fruta, con un valor total de 30,3 millones de dólares. Sin embargo, las facturas acumulan un retraso de seis meses, y hasta el momento solo se han abonado 20 millones de dólares”.
Esta suspensión de envíos de fruta no solo impacta en los productores y exportadores de los países afectados, sino que también resalta la gravedad de la crisis económica en la región, donde las deudas comerciales prolongadas generan tensiones y consecuencias directas en la cadena de suministro y en la economía local.